¿El jucio ó la mediación cuando nos divorciamos?

 

Ante una separación o divorcio, cuando la situación matrimonial llega a su fin, supone un conflicto al cual hay que darle la mejor respuesta posible.

El simple hecho de una ruptura matrimonial puede ser traumático. A esta situación hay que añadirle que si en el seno de este existen hijos menores los cuales se pueden ver afectados.

A pesar de que ambos cónyuges están atravesando una separación hay que tener en cuenta que en el momento en el que hay menores de por medio, el principal objetivo es su bienestar. Los menores deben de ser el eje central de todas las decisiones sabiendo que cualquier sentencia que se tome pueden verse afectados.

 

Es por ello, que queda claro y evidente que ante una separación todos los miembros de la familia se ven afectados. Asimismo, es necesario llevar este litigo de la manera más pacífica en beneficio de todos.

De esta forma, aparece la mediación familiar. La cual podemos definir como un proceso al cual asiste la pareja de forma voluntaria para constituir de mutuo acuerdo con ayuda de un mediador las condiciones de su divorcio. Según Folberg y Taylor (1984) la definen así: En el contexto de la separación/divorcio. La mediación se define como un proceso no-terapéutico por medio del cual las partes, con la asistencia de una persona(s) neutral(es), intentan aislar de forma sistemática los puntos de acuerdo y desacuerdo, exploran alternativas y consideran compromisos con el propósito de alcanzar un acuerdo consensuado sobre los distintos aspectos de su separación o divorcio.

Esta reduce los daños emocionales y económicos derivados del divorcio.  Además, protege los intereses de los menores que puedan estar implicados. Y disminuye las desavenencias entre los cónyuges, estableciendo las condiciones para que dialoguen y se comuniquen. Según cárdenas (1998) el objetivo de la mediación no es el acuerdo fácil y superficial “La verdadera paz no es la ausencia de guerra. Se trata de lograr cambios, de transformar el conflicto en colaboración”.

Si la mediación llega a buen puerto el mediador redactara un convenio regulador. Este documento después se adjuntará a la demanda de divorcio que se interponga antes los tribunales y será explorado por un juez, que se asegurará de que se respete la ley y de que ninguno de los implicados haya salido perjudicado, tanto los propios conyugues como los hijos si los hubiera.

Los acuerdos obtenidos bajo una mediación tienen diversas ventajas. Como es un acuerdo al cual se ha llegado de mutuo acuerdo, es menos problemático, ya que cada parte ve mostrada su voluntad en el convenio. Por lo que es beneficios para el cumplimiento de los mismos. El acuerdo se alcanza en un plazo breve mitigando así el sufrimiento y el dolor. Además, la mediación suele ser más barata, al menos si se comparara con los procesos contenciosos, en los que cada parte necesita un abogado y procurador.

Asimismo, este método alternativo de resolución de conflictos, permite  la recuperación de la comunicación entre ambos padres, brindando a estos un espacio neutral y confidencial.  

En conclusión, la mediación ayuda a salvaguardar y fomentar las relaciones entre los distintos miembros. Además de ayudar a preservar el mejor interés del menor.

En definitiva, la mediación familiar, ayuda y proporciona que los participantes lleguen a unos acuerdos consensuados en los temas relacionados a su divorcio y previene futuros problemas asociados a este.

 

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Irantzu Ruiz Cermeño

Máster en Mediación Resolución Alternativa de Conflictos.